El hecho ocurrió ayer en el barrio porteño de Barracas, cuando la Policía de la Ciudad comenzó una persecución a tres adolescentes de 17 años y terminó baleando en la cabeza a uno de los chicos, identificado como Lucas González.
El menor, jugador juvenil de Barracas Central que fue baleado por efectivos de la Policía, quedó internado en el Hospital Penna pero debido a su estado crítico fue trasladado al Hospital El Cruce, de Florencio Varela y, según informó hoy la abogada, padece “muerte cerebral”.
Lorena Blanco, la abogada de los tres amigos que acompañaban a Lucas al momento del ataque y ya se encuentran en libertad, señaló que por el momento no hay detenidos y que el caso está calificado como “averiguación de ilícito”. Los menores, por su parte, serán citados a declarar en el correr del día.
En ese sentido, el parte médico del Hospital El Cruce, indica que González “permanece mecánicamente ventilado con apoyo hemodinámico y medidas de soporte vital”, en tanto que los médicos explicaron que “su condición neurológica es crítica” y que “se están realizando los estudios pertinentes para definir su pronóstico”.
La madre del deportista reveló que el cuadro de su hijo “es irreversible”, y la letrada lo ratificó. Mientras que el padre sentenció: “Esto fue gatillo fácil. Me lo acribillaron a mi hijo. Le metieron dos balazos en la cabeza”
“Quiero justicia por mi hijo porque es una buena persona”, expresó el papá de Lucas ante los medios ubicados frente al Hospital Penna.
De acuerdo con la versión policial, el hecho -que todavía es materia de investigación- comenzó a pocos metros de uno de los ingresos a la villa 21-24, en el barrio de Barracas. En ese momento, policías de la Comuna 4D, a bordo de un móvil no identificable, un Nissan Tiida, observaron el Volkswagen Suran que salía del asentamiento y lo cruzaron. Le dieron la voz de alto para identificar a sus ocupantes, pero supuestamente los sospechosos aceleraron.
La policía dijo que los jóvenes se negaron a ser identificados y luego de algunas cuadras chocaron con su vehículo a dos efectivos. Tras una persecución, ya con disparos de por medio, que se extendió hasta el cruce de Alvarado y Perdriel, el joven futbolista fue hallado herido de dos tiros en la cabeza en el asiento del acompañante, dos de sus amigos fueron detenidos y un tercero escapó, pero se entregó al poco tiempo.
Sobre la situación de los policías, fuentes oficiales confirmaron que fueron separados de tareas operativas y se les abrió un sumario administrativo a la espera de la resolución judicial. “No están más en la calle”, confiaron a este medio.