En medio del escándalo por la visita de diputados oficialistas a genocidas detenidos en el penal de Ezeiza, el Papa Francisco envió un certero mensaje de respaldo a quienes militan en las organizaciones de derechos humanos. “No aflojen, conserven la memoria”, expresó el sumo pontífice.
Jorge Bergoglio matuvo en la residencia de Santa Marta una audiencia privada con Anita Fernández, hija de Ana María Careaga y nieta de Esther Ballestrino de Careaga, desaparecida durante un operativo clandestino cuya inteligencia previa había estado a cargo de Alfredo Astiz.
El mensaje del Papa Francisco hacia la nieta de una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo fue contundente. El Instituto Espacio para la Memoria dio a conocer el respaldo del sumo pontífice en un comunicado. El Papa le manifestó a la joven “que se había enterado de que unos diputados habían visitado a Astiz, que estaban queriendo que (él y otros represores) no estén presos y que eso era algo muy peligroso”.
Por ese motivo, y ante un pedido de Ana Fernández, Francisco envió un mensaje: “No aflojen, conserven la memoria. Conserven la memoria de lo que han recibido. No solo de las ideas sino de los testimonios. Ese es el mensaje que les doy en este día”.
La cercanía y el interés de Bergoglio por el tema tiene un costado personal. Mantuvo una relación de amistad con Esther Balestrino de Careaga, quien antes de convertirse en víctima de la dictadura había sido su jefa cuando él se desempeñaba como técnico químico. “Me enseñaba la seriedad del trabajo. Realmente le debo mucho a esa gran mujer”, dijo el papa públicamente.
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