El INDEC publicó que el promedio de inflación fue de 6,6% para febrero, de esta forma la medición de los últimos 12 meses escala a 102,5%. Estos dígitos se sienten cada vez que se visitan las góndolas de los supermercados y el changuito vuelve a casa más flaco. En una argentina donde todo sube lo estancado son los sueldos.
Una familia necesitó en febrero 177.063 pesos para no caer por debajo de la línea de la pobreza, mientras que si reciben 80.483 pesos quedarían bajo el umbral de indigencia. Estos datos son calculados en consecuencia del aumento de la Canasta Básica que registró un incremento del 8,3% y acumula un 111,3% interanual.
En cuanto a los sueldos, el gobierno se empeña en firmar paritarias del 60% de aumento, número que se calcula con la proyección inflacionaria que el oficialismo estableció en el Presupuesto 2023 del Ministerio de Economía. Cada gremio estableció clausulas gatillo con revisiones a partir de agosto por si la inflación se dispara.
En cuanto al Salario Mínimo Vital y Móvil, el Ministerio de Trabajo, convocó a los distintos representantes de las cámaras empresariales y a referentes de la CTA y CGT a una reunión pautada para el 21 de marzo. Hoy dos SMVM no llegan a cubrir la Canasta Básica Total, por lo que el oficialismo intenta impulsar una suba del 60% en 4 tramos.
Cabe destacar que los planes sociales como el Potenciar Trabajo están “enganchados”, ya que los titulares reciben la mitad del Salario Mínimo Vital y Móvil. En cuanto las jubilaciones mínimas perciben el 82% móvil de salario más bajo del país, hoy en 50.665 pesos. Muy por debajo de la línea de indigencia.