El Gobierno nacional disolvió formalmente al INADI, el instituto que durante los últimos 30 años generó políticas de integración y contención de las minorías, luchó contra toda forma de xenofobia y racismo, y promovió acciones de defensa de derechos, pluralidad, igualdad y educación.
Argentina pierde un organismo clave para luchar contra la discriminación y los discurso de odio. Como parte del programa económico y político de achicar al máximo el Estado, el Gobierno nacional publicó en el Boletín Oficial la resolución que disuelve al Instituto Nacional contra la Discriminación.
El proceso de desguace de uno de los organismos más importantes para las personas con discapacidad y diversas del país, había comenzado en mayo con el despido masivo de sus trabajadores.
Su final había sido anunciado ayer, cuando el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, anticipó por las redes sociales el “cierre definitivo”de ese organismo. Horas después, el vocero Manuel Adorni posteó un texto en tono de celebración: “Faltaba su muerte administrativa: mañana el INADI habrá dejado de existir para siempre”.
Los argumentos para el cierre que figuran en el decreto firmado por Javier Milei, Guillermo Franco y Cúneo Libarona son que la Constitución ya “garantiza la igualdad de oportunidades” y que durante años el INADI funcionó bajo un “estado de ineficiencia e incumplimiento de sus finalidades”.
Resalta que otro de los motivos del cierre es “ordenar y equilibrar las cuentas públicas” para que “se dirijan a quienes más lo necesitan”.
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