«El cine que uno hace es lo que uno es», dijo este jueves Adolfo Aristarain en el auditorio del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) después de recibir la Medalla de Oro que otorga la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.
La Academia Española le otorgó al importante cineasta argentino una medalla “Por contribuir con su trayectoria profesional a la historia del cine en español”. Esta es la primera vez que un director argentino recibe el galardón y, de algún modo, el espíritu de la velada unió los dos universos que atraviesan la obra de Aristarain: la cinematografía argentina y la española.
El evento fue conducido por el actor Leonardo Sbaraglia, quien agradeció ser el “nexo entre Argentina y España” y aseguró: “Estoy acá por el amor a vos y a tu cine, es un honor para mí”.
También asistieron personalidades destacas del campo cinematográfico como la actriz Cecilia Roth, el productor Héctor Olivera, el director Marcelo Piñeyro, los actores Peter Lanzani, Nicolás Goldschmidt, Julieta Cardinali, y la guionista Kathy Saavedra, su esposa, con quien coescribió varias películas.
La Academia recurrió a esa frase de Martín (Hache) y proclamó que «no ha necesitado fabricar ninguna razón para premiar a Aristarain» pues «basta con ver sus películas». Para la institución, films como Martín (Hache) (1997), Un lugar en el mundo (1992), La ley de la frontera (1995), Lugares comunes (2002) o Roma (2004) tienen «infinidad de lecciones sobre el cine y la vida».
La Academia recordó a aquel niño nacido en Parque Chas deslumbrado por el séptimo arte, quien no dudó en trabajar en los más diversos rubros: fue sonidista, montajista, ayudante de producción y «lo que hiciera falta con tal de ver de cerca cómo se hacían las películas». Los rodajes fueron su escuela y a lo largo de su recorrido acompañó a grandes cineastas como Mario Camus, Vicente Aranda, Sergio Leone, Lewis Gilbert, Gordon Flemyng, Peter Collinson, Daniel Tinayre o Sergio Renán.
«Adolfo ha retratado múltiples facetas del ser humano y nos ha compartido lo que sabe y lo que ignora de la existencia, inyectándonos preguntas pertinentes para conocernos mejor», apuntó Sbaraglia, y destacó la «simbiosis entre el cine de Argentina y España, una relación histórica más viva que nunca».
El referente a ambos lados del Atlántico fue reconocido como un creador «comprometido, lúcido y siempre activo».
Fernando Méndez-Leite, director de la Academia, identificó en Aristarain a «un amigo intermitente» a raíz de la distancia, transmitió «un saludo cariñoso y solidario a los compañeros del cine argentino» y repasó los inicios del encuentro entre Aristarain y Camus durante el rodaje de Digan lo que digan (1968), protagonizada por Raphael.
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